domingo, 23 de mayo de 2010

Morir en el cine

Cuando era pequeña, pensaba que la gente que moría en las películas, moría de verdad. Estaba convencida de que a excepción de las muertes naturales, que podían ser fácilmente fingidas; los tiroteos, apuñalamientos y otras agresiones físicas, eran reales.

Dentro de esa teoría, distinguía dos razones por las cuales alguien se ofrecería voluntario para morir:

Cuando los que morían formaban parte del reparto principal, suponía que se trataba de gente totalmente entregada a su carrera a la que no le importaba morir por amor al arte; actores tan entregados a su pasión que le ofrecían su vida al director y a su público en una última película; como gladiadores en un circo romano.

Cuando las bajas eran de actores secundarios, llegué a la conclusión de que se trataba de mendigos y enfermos terminales; personas que no esperaban nada más de la vida y preferían permanecer inmortales en un minuto de gloria que perecer en su desesperanzada vida. O eso, o que eran gilipollas.

5 comentarios:

Rafalillo dijo...

A mí me pasaba más o menos lo mismo. De hecho, tenía unos 10 años cuando 'Titanic' estaba en los cines y no quería ir a verla porque creía que el barco se hundía y todos los actores morían de verdad. Al final fui a verla, supongo que porque me dirían que estaba equivocado y que sólo se hacían los muertos (y nunca mejor dicho, flotando en el agua).

El caso es que meses más tarde veías otra película en el que salía el actor o la actriz que moría en la peli anterior y no te preguntabas: ¿pero este/a no estaba muerto/a?

Echo de menos tener la imaginación y los pensamientos de un niño :D

Fernando Gili dijo...

Eran gilipollas...
Lo se de buena tinta.
Siempre suyo
Un completo gilipollas

Soñador Iluso dijo...

Interesante, yo pensaba q las familias eran familias de verdad, y despues que veia a los actores en otras peliculas, pensaba "que rayos pasó con su familia?" "no que la quería tanto?"

kei dijo...

Lo de los besos sí pasa de verdad, salvo que el director sea un hacha de colocar la cámara tal que así... y esas escenas también se ensayan. Pero al que patentó un plastiquito transparente con forma de morros para los ensayos lo mataré cuando me entere de quien es.

Dr. Deferiensia dijo...

Yo solo lo pensaba que eran verdad las escenas de sexo, de hecho no tenía muy claro el concepto del sexo. A los nueve años todo se arregló gracias a un boli de esos que mirabas por un agujero y se veían cosas.

Después de lo del boli concluí que entre humanos debía ser posible también, no tenían que ser expresamente pastores alemanes y humanos.

Curioso, hacía años que no recordaba el tema.

Gran blog.

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