Las personas que se dedican a la fisioterapia decidieron que ese sería su oficio mientras dispersaban las burbujas de los forros de sus libros. Esa debió de ser su primera experiencia en el campo del masaje: la desburbujación de libros (o masaje en el forro de los libros).
Los que os hayáis hecho alguna vez un masaje descontracturante, seguramente reconoceréis el símil. Y cuando me refiero a “descontracturante” hablo de los masajes que no tienen final feliz, pero tampoco principio; porque su finalidad es que te sientas bien, igual que la de los masajes relajantes, pero no a raíz del placer, sino del dolor. O del placer que surge del dolor, en cualquier caso.
La eliminación de las burbujas del forro y la de las contracturas de los músculos se basan en el mismo principio: disipar las tensiones dispersándolas por el resto de la superficie. Y esto se consigue mediante una misma técnica también: ejercer presión con los dedos sobre el bulto (léase burbuja o contractura según el caso) para desplazarlo en varias direcciones hasta que éste desaparece.
Si eres un experto desburbujador de libros, ya sabes cuál es tu profesión ideal. Y si estás estudiando fisioterapia o sopesando si se te daría bien, encontrarás en los libros un nuevo paciente con el que practicar.
5 comentarios:
Un símil muy ilustrativo.
En mi caso, pinchaba las bolsitas de aire con la punta del compás, y luego apretaba para vaciarlas.
Supongo que ese acto trasladado a la fisioterapia del masaje, equivaldría a inhabilitación de la profesión, multa, y dependiendo de la profundidad del pinchazo...carcel.
:-)
S0uto
¡Tú lo que hacías era acupuntura, @S0uto!
Entonces... que hay que hacer exactamente para forrar un libro que tiene literalmente un final feliz? Recitarlo oralmente?
@Mel, yo he vuelto... ¡y tú has vuelto!
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